
ARTES VISUALES DE COSTA RICA
EPOCA PRECOLOMBINA
Museo del Oro Precolombino
Los Museos del Banco Central cuentan con una de las colecciones arqueológicas más importantes de Costa Rica. Su conformación inició en el año 1950 y se prolongó hasta 1980. Incluye 3567 objetos de oro, cerámica y lítica. Adicionalmente, existe una pequeña colección de objetos etnográficos que pertenecieron a los grupos indígenas que han habitado el país.
La colección de oro precolombino está formada por 1586 piezas. En Costa Rica, la evidencia arqueológica señala que la aparición de los primeros objetos metálicos se dio hacia el año 300-500 d.C. y alcanzó su máximo apogeo después del 700 d.C. y hasta el contacto con los españoles. La mayoría de los objetos de metal que se ha recuperado en Costa Rica procede del Pacífico Sur, debido a la existencia de yacimientos de oro y cobre en estado natural en dicha región; no obstante, también se hallan en el Caribe Central.
La colección de oro precolombino está formada por 1586 piezas. En Costa Rica, la evidencia arqueológica señala la aparición de los primeros objetos metálicos hacia el año 300-500 d.C.; alcanzando su máxima producción después del 700 d.C. y hasta el contacto con los españoles. La mayoría de los objetos de metal que se han recuperado en Costa Rica proceden del Pacífico Sur debido a la existencia de yacimientos de oro y cobre en estado natural en dicha región.
Los artesanos precolombinos que ocupaban la zona que actualmente es Costa Rica trabajaron el oro nativo de procedencia aluvial. Éste se obtenía de las arenas de los ríos y de las riberas de las costas y se lavaba en bateas de madera. El trabajo de los metales requería de una habilidad particular, un aprendizaje largo y complicado, que realizaban especialistas de tiempo completo. Mediante el martillado de pequeños fragmentos de oro se elaboraban piezas laminadas en forma de pectorales, brazaletes, diademas, discos; los cuales estaban decorados con diseños geométricos, formas de animales y representaciones humanas. Las decoraciones se efectuaban con la técnica del repujado, el cual consistía en presionar por la parte de atrás del objeto con un instrumento sin punta, quedando en relieve los diseños por la parte delantera.
La fundición con la técnica de la cera perdida fue la más empleada en la producción de objetos de oro. Consistía en modelar primero el objeto deseado en cera de abejas, para luego cubrirlo con diversas capas de arcilla. Se formaba así, una especie de molde que se dejaba secar por unos días. Este molde se calentaba a fin de que la cera se derritiera y saliera por un conducto que se había dejado con este propósito. Al derretirse la cera, en el interior del molde quedaba un espacio hueco con la forma del diseño original, el cual era llenado con el metal fundido. Una vez que se enfriaba el molde se rompía y el objeto se limpiaba, se recortaban los conductos por donde había entrado el metal, se retocaba y pulía. Para elaborar piezas fundidas también se realizaban mezclas de metales, especialmente oro y cobre, como la llamada “tumbaga”.
En oro se hicieron objetos como anzuelos, agujas, punzones; pero también se hicieron distintivos de rango en forma de adornos personales y ofrendas para el ajuar de los difuntos. Algunos objetos también fueron hechos para ser utilizados en rituales por parte de los chamanes o sacerdotes. En la orfebrería son llamativas las representaciones de fauna como peces, cangrejos, tortugas, armadillos, venados, jaguares, lagartijas, lagartos, aves y ranas. Estas ponen en evidencia la importancia del entorno natural en relación con el ser humano. De igual manera, se elaboraban figuras de formas compuestas (humanas y animales), las cuales simbolizaban a personajes especiales como los chamanes y otros especialistas.


MuseoMuseo delmuseo Jade del Jade
El nombre del museo se debe al Lic. Marco Fidel Tristán Castro, ex-presidente ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros y uno de los principales impulsores en rescatar el legado del arte precolombino costarricense, haciéndolo accesible a todos los costarricenses.
Bajo el impulso del licenciado Tristán, el INS comienza a adquirir, a partir de 1971, gran cantidad de piezas arqueológicas a varios coleccionistas nacionales, amparándose en la promulgación de la ley No 4809 del 29 de julio, que impulsaba a las instituciones públicas a fomentar la cultura nacional. Para 1973, el INS había adquirido 470 piezas, cantidad que se incrementa por la ley No5176 que estimula a las instituciones públicas a consignar partidas específicas para, entre otras actividades de tipo cultural, adquirir piezas arqueológicas, destacándose entre estas la gran cantidad de objetos de jade en manos de coleccionistas costarricenses. El jade precolombino costarricense, en esta época, era un arte prácticamente desconocido para el público nacional, a la vez que existían pocos expertos en esta rama de la arqueología costarricense, por lo que el museo comienza a especializarse en este material. Ese mismo año, el INS adquiere una valiosa colección de 1092 piezas de jade, y un año después se adquiere otra valiosa colección de 250 piezas perteneciente a Carlos Balser, importante investigador del jade precolombino mesoamericano. En dicha colección existen varias piezas de procedencia olmeca y maya. Más adquisiciones importantes se dan en los siguiente años, entre 1977 y 1981.


EPOCA COLONIAL
Teatro Nacional
En San José está el Teatro Nacional que es el más importante de Costa Rica.Su arquitectura neoclásica y su rica decoración con estatuas, pinturas y mármoles de Carrara lo transformaron en atracción turística ineludible.Como todo gran teatro tiene su leyenda. Cuentan que pasada la segunda mitad del siglo XIX una famosa gran diva europea de la música del momento hacía su gira de conciertos por América. Al saber que en San José no había un teatro importante y que debía cantar en un pequeño teatro de variedades se negó rotundamente a visitar el país. Ofendidos por el desaire, un grupo de influyentes empresarios del café que conocían Europa decidieron juntar sus esfuerzos y dinero para construir un gran teatro tomando como modelo la Ópera de París.Muchos fueron los problemas que tuvieron que resolver, pero con el apoyo del gobierno y del pueblo, en 1897 se abrieron las puertas del Teatro Nacional, con la presencia de La Compañía de Ópera Francesa que cantó el Himno Nacional y luego la Marsellesa. A continuación fue representada la ópera Fausto y, desde aquel momento, el Teatro Nacional es un icono de progreso y cultura en Costa Rica.




EPOCA REPUBLICANA
Fadrique Gutiérrez Flores
(Heredia, Costa Rica, 7 de septiembre de 1847-Esparza, Costa Rica, 5 de febrero de 1897) fue unescultor, pintor, arquitecto y militar costarricense. Personaje de tintes casi legendarios, se le considera el pionero de la escultura contemporánea costarricense. Su obra arquitectónica más conocida es El Fortín, icónico edificio de estilo colonial ubicado en la ciudad de Heredia.La obra de Fadrique Gutiérrez ha sido dada a conocer gracias a una biografía suya escrita por Luis Dobles Segreda, bajo el nombre "Fadrique Gutiérrez: hidalgo extravagante de muchas andanzas". En la actualidad, se le considera un precursor de la escultura contemporánea nacional, pues fue el primero en utilizar la piedra como materia prima, esculpió el primer desnudo del arte escultórico costarricense y, aunque iniciado en el arte religioso, esculpió las primeras esculturas de temática laica. En su trabajo combinó técnicas tradicionales de la imaginería colonial con temas profanos y la piedra como material de trabajo, demostrando su proceso de evolución estilística y laicalización.



Su predilección por la escultura de desnudos y figuras de expresiones fuertes no fueron bien vistas por la sociedad de su tiempo, en el que predominó la escultura religiosa. Sus bustos de personajes y figuras decorativas también fueron vistos como rarezas. La mayoría de su obra se ha perdido o ha sido destruida, en parte porque en vida se le conoció más su faceta política y de imaginero que como artista y arquitecto. Sin embargo, su mayor obra de ingeniería, el Fortín de Heredia, persiste hasta nuestros días y hoy se le tiene por edificio icónico de dicha ciudad.
Entre sus obras conocidas que han llegado hasta la actualidad, figuran una talla de San Pedro ubicada en la fachada de la iglesia parroquial de Heredia; un San Juan de la Cruz y San Simón Stok, que le fueron encargados para la Iglesia del Carmen en Heredia y confeccionadas en los años 1861–1862; una Venus (el primer desnudo de la historia escultórica nacional), un busto de Próspero Fernández Oreamuno, y unEsculapio, conservadas en el Museo Nacional de Costa Rica; un Neptuno (talla directa en piedra, 1863), parte de una fuente, que pertenece a la Municipalidad de Heredia. Ejecutó en madera policromada, a la manera guatemalteca, más imágenes: "San Roque" (Iglesia de San Roque de Heredia), "San Isidro Labrador" (Iglesia de San Isidro de Heredia).
En lo arquitectónico, además del Fortín, fue el autor de la cúpula de la Catedral de Alajuela. La mayoría de su obra pictórica se ha perdido.
EPOCA MODERNA
Enrique Echandi Montero
(San José 17 de febrero de 1866 –, ibídem, 19 de febrero de 1959) fue un pintor costarricense, famoso ante todo por sus retratos oficiales de presidentes de su país y por la representación no canónica del heróe nacionalJuan Santamaría en su cuadro La quema del Mesón.
El cuadro de Echandi que más ha dado que hablar es probablemente La quema del Mesón, en la que el héroe costarricense Juan Santamaría es representado «como un mulato de ensortijado cabello (lo que apunta a la ascendencia negra de Juan), descalzo, y dando fuego al alero del Mesón con una larga caña como tea (símbolo de la libertad) en una de sus crispadas manos; ya manando sangre, evidentemente impactado por muchas balas». El óleo, expuesto por vez primera en la exposición nacional de arte realizada en el Edificio Metálico de San José entre el 17 y el 31 de enero de 1897 fue recibido de uñas por la crítica de la época. Así, Juan Vicente Quirós, escribió en el matutino La República, del que era director y dueño, que el cuadro era «no solo reprochable desde el punto de vista artístico, sino también desde el punto de vista patriótico» y, como muchos otros del salón, debería «ser condenado sin misericordia a las llamas», además, lo calificó de «caricatura».
El problema, como escribe Guillermo Brenes, es que esa obra «no es un retrato triunfalista y condescendiente; más bien el cuadro se puede ver como una suerte de “calvario laico”, una imagen atroz y sombría del sufrimiento y de la muerte. Un detalle importante es la indumentaria del personaje central, quien viste la ropa rústica y gastada del campesinado. Los gestos del cuerpo de Santamaría (cabeza y brazos, sobre todo), la posición (de rodillas) y del rostro (pálido, desencajado y con los ojos bien abiertos) plasman a un héroe caído, cuyo último suspiro se convierte quizá por azar en un llamado a los que prefieren la muerte al dolor de ver sucumbir a su patria». Echandi, que además de la pintura y el dibujo cultivó la música, se dedicó también a la enseñanza, siendo profesor en los liceos de Costa Rica y de Heredia, en los colegios Superior de Señoritas y en el de San Agustín, así como en la Escuela Normal.