
El Vía Crucis de Rosa Mena Valenzuela
En la obra la Pasión de Cristo la pintora –ya fallecida– refleja la angustia y la búsqueda de su perfección artística. La época de Cuaresma de 1999 inspiró a la pintora salvadoreña Rosa Mena Valenzuela a tal grado que creó lo que hoy se considera como unas de sus grandes obras: Las catorce estaciones del Vía Crucis.
Como un homenaje póstumo a la artista, en el Patronato Pro Patrimonio Cultural se expuso –la semana anterior– dicha obra.
“Pintar sobre temas religiosos no es nada fácil, se necesita tener una vida interior intensa y llena de reflexión como la que tenía Rosita. Pintar un Cristo mutilado o una Virgen como la de Rafael (pintor italiano) rodeada de ángeles, son composiciones que le situaron en un espacio singular”, comentó.
La técnica mixta que utilizó la artista para plasmar la pasión de Cristo, impregna cada una de las estaciones de la energía y del misticismo descritos en la Biblia.
Si bien las pinturas que reflejan a Jesús condenado a muerte, con la cruz a cuestas y auxiliado por el Cirineo, han sido consideradas como las más dramáticas por la crítica especializada, la luz que irradia el cuadro de Cristo es sepultado (de Rosa), le seducirá. ¿Por qué pintó Rosa Mena Valenzuela el Vía Crucis? De acuerdo con Jorge Muyshondt, en la Cuaresma de 1999 tuvo un enorme deseo de pintar y empezó a trabajar las 14 estaciones con todo el dramatismo descrito en el momento de la tragedia.
Tres semanas fueron suficientes para realizar la obra. Su deseo era terminar antes de que iniciara la Semana Santa de ese año. Muyshondt recuerda que para ella no fue difícil hacer esas pinturas. Fue como ir escribiendo con rapidez. Ella utilizó óleo, témpera, tintas, plumón, tela sobre cartón dentro del grafismo. Si usted quiere apreciar las líneas, los fantasmas, ángeles y rostros enérgicos que predominan en esta obra, la exposición estará abierta todos los días durante dos meses, en el Patronato pro Patrimonio Cultural.






Vía Crucis del pueblo salvadoreño
Roberto Huezo,
Estos dibujos del pintor Roberto Huezo fueron inspirados en el dolor y el sufrimiento del pueblo salvadoreño. Los años previos a la agudización militar del conflicto, se caracterizan por la aparición de cuerpos asesinados, torturados y masacrados en casi cualquier lugar de El Salvador. Setenta y cinco mil muertos son el saldo de esta violencia. Y la tragedia aún prosigue…
Los cuadros expresan el dolor que el pueblo ha cargado, como inmensa cruz, camino de su liberación. Catorce cuadros: Vía Crucis de todo El Salvador sufriente. Catorce cuadros en espera sostenida de un décimo quinto: el de la Resurrección de este pueblo, cuadro anhelado donde el rojo de la sangre se transforme en el bellísimo rojo que difunde el sol sobre las nubes al anunciar la aurora…
La presencia de estas crudas expresiones artísticas, violentas y desnudas, impresionan y, a veces, sorprenden a visitantes que critican su presencia en la capilla.
Sin embargo, éste es el modo exacto con que Jesús –encarnado en carne de pueblo salvadoreño- va hoy haciendo en esta tierra su Vía Crucis, el “Camino de la cruz”…









Pintura de Luis Lazo en cripta de Monseñor Romero
La pintura en la foto, un óleo del artista salvadoreño Luis Lazo Chaparro, que representa una de las escenas del Via Crucis, reúne varias características de la pintura manierista que existió enm Italia durante el renacimiento alto, tales como la arbitrariedad en el uso del color y las proporciones. Las proporciones anatómicas se alteran a su voluntad. El alargamiento de las figuras es constante.
La fe que el pintor Luis Lazo tiene en el catolicismo lo llevaron pensar en pintar cada una de las estaciones que Jesucristo vivió camino a la cruz donde fue crucificado. Lo que en un inicio era solo una intención, se llegó a concretar hace un par de semanas cuando decidió comenzar a plasmar el Vía Crucis de una forma que combinara la belleza del arte con la fe religiosa.
"Mi idea era pintar el Vía Crucis para que se usara en la procesión del Viernes Santo en la Calle de la Amargura del Centro de San Salvador, para contribuir a la iglesia católica. Quería darle belleza y realce a la tradición", relató Lazo.


